Los detectores de metales han revolucionado múltiples industrias, desde la minería hasta la seguridad y la alimentación. Originalmente, estos dispositivos fueron desarrollados para detectar objetos metálicos ocultos en el suelo o en productos. Con el tiempo, su aplicación se ha expandido, permitiendo el control de calidad en procesos industriales y, sobre todo, garantizando la seguridad en la producción de alimentos.
Origen y evolución de los detectores de metales
El desarrollo de los primeros detectores de metales se remonta a finales del siglo XIX, cuando inventores como Alexander Graham Bell crearon dispositivos rudimentarios que, aunque no eran perfectos, abrieron la puerta a nuevas posibilidades tecnológicas. El diseño de Bell fue impulsado por un intento de salvar la vida del presidente de los Estados Unidos, James Garfield, quien fue disparado en 1881. Aunque el dispositivo no tuvo éxito en ese momento, marcó el inicio de una era en la que la detección de metales comenzaría a ser refinada.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los detectores de metales fueron fundamentales para desminar campos de batalla y localizar bombas sin detonar. Sin embargo, su potencial para otras industrias pronto se hizo evidente. En la década de 1960, las fábricas comenzaron a usar detectores de metales para garantizar la seguridad y calidad de sus productos, especialmente en la industria alimentaria, donde pequeños fragmentos metálicos podían mezclarse accidentalmente con los alimentos.
Detectores de metales en la industria alimentaria
El uso de detectores de metales en la industria alimentaria ha mejorado enormemente la seguridad alimentaria. Estos dispositivos permiten identificar y eliminar cualquier partícula metálica que pueda estar presente en productos envasados o frescos, garantizando la pureza de los alimentos que llegan a las mesas de los consumidores. Con el paso del tiempo, los detectores se han vuelto más sofisticados, adaptándose a las necesidades cambiantes del sector y permitiendo inspeccionar productos en diversos tipos de envases.
Sin embargo, no solo los metales son una preocupación en la producción alimentaria moderna. Otros contaminantes de alta densidad como fragmentos de vidrio, piedras, plásticos o huesos también pueden comprometer la seguridad y la calidad de los productos. Aquí es donde entran en juego tecnologías aún más avanzadas, como los detectores de rayos X.
Tecnología avanzada: Detectores de rayos X Raytec
A medida que la tecnología avanza, los sistemas de inspección alimentaria se han refinado, y los detectores de rayos X, como los desarrollados por la marca Raytec, han revolucionado el control de calidad en la industria. Diseñados especialmente para productos en tarros de vidrio, botellas de vidrio, latas de hojalata, briks y recipientes de plástico, estos dispositivos permiten una detección aún más precisa de contaminantes que los detectores de metales tradicionales.
El detector de rayos X Raytec es particularmente eficaz para rastrear y rechazar contaminantes de alta densidad, tales como fragmentos de vidrio, metal, piedras, huesos, plásticos y cauchos, dependiendo de su composición y densidad relativa. Uno de los aspectos más destacados de esta tecnología es su capacidad para detectar incluso partículas pequeñas, aunque su eficacia depende de factores como el tipo de recipiente, la forma y el producto contenido.
Además de detectar cuerpos extraños, los detectores de rayos X de Raytec ofrecen otras ventajas. Por ejemplo, permiten controlar la conformidad del envase, como posibles abolladuras o roturas, el nivel de llenado y la orientación correcta de los abre fácil en las latas de hojalata. Esto asegura que los productos que llegan a los consumidores estén no solo libres de contaminantes, sino también en perfectas condiciones.
Entre las características técnicas más destacadas del detector de Rayos X Raytec, se incluyen:
- Vista panorámica y vista estándar, que proporcionan un control exhaustivo de cada producto inspeccionado.
- Baja emisión de rayos X, lo que garantiza la seguridad del personal y de los productos.
- Alta capacidad de procesamiento, con hasta 1200 inspecciones por minuto (rpm).
- Diseño compacto, ideal para espacios reducidos dentro de las líneas de producción.
En cuanto a la eficacia del sistema, los detectores de Raytec logran un mínimo de falsos rechazos, con una tasa de precisión notable: 7 por cada 10.000 productos inspeccionados. Esto no solo reduce el desperdicio, sino que también mejora la productividad de las plantas.
Innovación y seguridad en la industria alimentaria
En Tomás Guillén, nos enorgullece ser especialistas en todo tipo de maquinaria para la industria alimentaria. Nuestra misión es proporcionar equipos de vanguardia como los detectores de rayos X de Raytec, que garantizan la seguridad y calidad de los productos. Gracias a la continua evolución de tecnologías como esta, las fábricas pueden ofrecer a los consumidores alimentos más seguros y de mejor calidad.
Además de detectores de Rayos X, en Maquinaria Tomás Guillén contamos con detectores de color y de metales, y con una gran variedad de marcas como DYLOG, LOMA SYSTEMS, ODENBERG, PRISMA, PROTEC, RAYTEC, SAFELINE, SORTEX, THERMO ELECTRON CORPORATION, THERMO SCIENTIFIC, etc.
Les invitamos a que se pongan en contacto con nosotros y nos visiten para conocer más sobre nuestras soluciones tecnológicas para la industria alimentaria. Estamos comprometidos con la innovación y la excelencia en todos nuestros productos y servicios, asegurando que su producción cumpla con los más altos estándares de seguridad y calidad.